En todas las aventuras memorables que he vivido al aire libre, ha habido al menos un momento de incertidumbre. Probablemente tú también los has tenido: esos momentos en los que las preguntas empiezan a aparecer. ¿Y si el río se ve muy diferente a este nivel de agua? ¿Y si cae una tormenta eléctrica? ¿Y si nos encontramos con el oso que dejó las huellas que vimos en nuestro último campamento?
La mayoría de las veces, los «y si…» nunca se hacen realidad, y una vez que ha pasado el momento, no vuelvo a pensar mucho en esas preguntas. Pero son una parte esencial de la experiencia de la aventura al aire libre: Si supieras con certeza lo que va a pasar en cada momento, ¿por qué molestarse en salir de casa? Yo diría que hacerlas es una de las formas de mantenernos seguros, sobre todo si estamos preparados para manejar esas situaciones con buenas respuestas.
Al igual que muchas personas que conozco, me fascinan las historias de aventuras que se han ido al traste, y a veces me pasó horas estudiando los detalles y tratando de entender lo que ha pasado, y cómo puedo evitar que me vuelva a pasar.
Después de leer miles de informes de accidentes, de entrevistar a expertos y a afortunados supervivientes, y de aplicar los conocimientos adquiridos a lo largo de una década, he identificado algunas pautas. No hay forma de garantizar tu seguridad cuando te aventuras en la naturaleza (eso es parte del atractivo), pero estos cinco consejos te ayudarán a aumentar tu confianza y competencia en el campo.
1) Estudia la ruta con antelación
Cuanto más sepas sobre el lugar al que vas, antes podrás saber si algo no va bien. Esto es así tanto si vas de excursión y buscas un punto de referencia concreto para hacer un giro como si te diriges río abajo y te preparas para un descenso técnico. Tener una idea de cuánto tiempo debería llevar las cosas garantiza que llevarás el equipo adecuado y suficiente comida y agua. Informarse sobre la ruta antes de salir también le permitirá conocer los posibles retos que puede encontrar -condiciones meteorológicas, fauna y flora común, errores que otros han cometido con frecuencia- para poder prepararse mejor para afrontarlos.
2) Haz un montón de preguntas
No hay mejor manera de aprender a hacer algo que preguntando a los expertos. He comprobado que la gente suele estar realmente dispuesta a compartir sus conocimientos sobre una zona o actividad que conocen bien y les encanta (y no está de más invitarles a una cerveza). Cuando oigo hablar del viaje de un amigo o conozco a alguien que hace de guía en un río en el que nunca he estado, intento aprender todo lo que puedo sobre las condiciones habituales, cómo se preparan y los problemas que han encontrado. Este tipo de conocimiento de primera mano es muy útil porque es detallado y oportuno de una manera que la mayoría de las guías e incluso la beta en línea simplemente no pueden mantener.
3) Encuentra compañeros de viaje en los que confíes
Si las cosas se tuercen en la naturaleza, quiero saber que la gente con la que estoy puede manejar la situación y ayudar a mantener a todos a salvo. Tengo un montón de amigos maravillosos con los que me encanta quedar para tomar algo o ir de excursión a las faldas de la montaña, pero hay una lista muy corta de personas con las que estoy deseando ir al monte para hacer una excursión que traspase los límites. Siempre agradezco que alguien tenga formación en medicina natural o una excelente capacidad de lectura de mapas, pero lo más importante que busco es la sensatez, alguien que pueda ayudarme a pensar qué hacer si las cosas van mal.
4) No escatimes: LLeva los diez elementos esenciales
La lista de los Diez Elementos Esenciales fue elaborada originalmente por The Mountaineers, un grupo de senderismo y montañismo con sede en Seattle, en la década de 1930. Sus componentes específicos han cambiado un poco a lo largo de los años a medida que la tecnología avanza, pero la lista sigue siendo el estándar de oro para lo que hay que llevar en cualquier incursión al aire libre. Incluye: sistema de navegación, una linterna frontal, protección solar, material de primeros auxilios, un cuchillo, una forma de encender un fuego, un refugio y comida, agua y ropa adicionales. En una típica excursión o viaje en barco, sólo necesito un puñado de estos artículos, pero siempre me alegro de tenerlos todos. No se me ocurren muchas situaciones en el campo que no mejoren al menos un poco si se tienen todos los Diez Elementos Esenciales, y un poco de peso extra bien vale esa tranquilidad.
5) Conoce tus objetivos
Verbalizar tus objetivos para un viaje en particular es una gran manera de mantenerte honesto sobre los riesgos que estás tomando. Cuando me siento tentado a seguir adelante con la cima incluso cuando el mal tiempo se acerca, vuelvo a revisar mis objetivos. Claro, estar en la cima de una montaña suele estar entre ellos. Pero también lo es volver con vida al inicio del sendero, junto con el entrenamiento para otro gran viaje más adelante en la temporada y tomarse un descanso para desconectar del trabajo. Recordar esos objetivos secundarios ayuda mucho a replantear cada salida como un éxito, en lugar de un fracaso, incluso si no sale como estaba previsto.
Artículo traducido y adaptado de Oars